By elignacianoweb Posted on febrero 27, 2018febrero 27, 2018 Poemas de los días contados Armando Álvarez BravoYO CADA VEZ MÁSUno llega a acostumbrarse a la fatalidad del paso de los días,al implacable ir a menos.Ya la existencia es una disminución.Tenemos plena concienciade su gravitación en nuestro ser y estary, no menos, de nuestras posibilidades.No dejamos de ser lo que quisimos.Esa es nuestra más fija y secreta certidumbre.Y ya no hay posibilidad de ser lo que se quería.Se perdió, digamos, la partida. Nos queda evocar,a pesar de la historia y la circunstanciaque fueron signo de nuestra indefectible cotidianidad,lo que contra viento y marea logramos hacer.Eso fue nuestra más íntima victoria.Ya picada irreversible del cazaque siempre quisimos tripular en nuestros sueños,sólo nos queda darle gracias a Dios.Ya cada vez más.ROSAS AMARILLAS Hace unos días mi hija Lourdesme trajo un hermoso jarrón de cristalcon cinco fabulosas rosas amarillas,que sabe son las que siempre me han gustadoy favorezco a la hora de comprar flores.Como igualmente bien sabe que tengo en nuestro jardín,frente a la ventana de mi cuarto de trabajo, un precioso rosal amarillo que contemplo y admiroen las pausas que hago mientras escribo.Allí, en mi puesto en la cabecera de la mesa de comerpermanecen las rosas amarillas que me trajo Lourdes.Quiero verlas cada vez que por allí paso, lo que tanto hago.Para mi asombro y deleite no han sufrido el menor deterioro.Esa magia y encanto que siempre he atribuido a las rosas amarillasLas han fijado en el enigma del paso del tiempo.Sólo sé que es una gloria más que se añadea su caricia por ser y a su belleza y encanto para mí fascinantes.Ni a las flores, menos si son rosas amarillas, ni a los hijosdebe pedírseles nunca nada. Son una gracia divinaque únicamente podemos y debemos agradecer a Diosy que debemos incorporar a nuestra vidacomo lo mejor del mundo a este lado de la eternidad. Me gusta esto:Me gusta Cargando...